**... hazme volar con una mirada... **

viernes, 8 de enero de 2010

Capítulo 2: Los pases a la gloria (parte 2)

*Annelysse*

Comenzó el concierto. Canté, grité, hice coros... Todo. Hasta que llegó una de mis preferidas, “World Behind My Wall”. Grité como loca cuando Bill pidió un voluntario. Se acercó un poco al borde de la tarima, esquivando con habilidad la maraña de manos enloquecidas que intentaban tocarle, rozar al menos sus zapatos. Paseó la vista por mi lado como si no me viera, pero luego... Wow... Luego me señaló con una media sonrisa y me hizo un gesto para que subiera. Mi hermana y mis amigas me abrazaron fuerte y Janine me dijo al oído:

- Canta como sólo tú sabes, lo dejarás estupefacto.

Me ayudaron a subir. Una vez arriba, caminé hacia él con piernas de gelatina.

- ¡Hola! ¡Acércate, tranquila! No muerdo – me dijo con una sonrisa que intentaba ser tranquilizadora pero que me dejó el pulso a mil –

Dejé escapar una risa floja y nerviosa. Desde allí arriba se veía mucha, mucha gente... Una mano se posó en mi hombro y vi que era Bill que se había acercado. Me volvió a sonreír.

- ¿Cómo te llamas? – me preguntó –

- Annelysse – contesté. Mi voz sonó un poco más firme, lo cual me agradó. Me aclaré la garganta un poco cuando apartó el micrófono –

- Annelysse, ¡qué lindo nombre! Bien, ¿cuántos años tienes?

- Diecisiete – dije, muy segura de mí misma ahora –

- Muy, bien, de acuerdo, entonces hagamos una cosa. Yo voy a cantar media canción y tú la otra media, ¿vale?

- De acuerdo.

Él asintió y se giró un poquitín hacia Gustav, que le dio el ritmo. Bill se alejó un poco de mí y comenzó a cantar. De cerca era aún más hermoso... Con la canción de fondo, me dediqué a observarle. Pronto se giró hacia mí, durante el instrumental, y me tendió el micrófono para que lo cogiera y empezara a cantar. Fue fácil, cantar se me da muy bien. Eso sí, estaba nerviosa, pero me sabía la canción de memoria. Rápidamente cogí el volumen adecuado para cantar y miré a Bill para confirmar que sonaba bien. Sonreía, lo que me hizo sonreír a mí también. Procuré no pensar en la gente que me miraba y me concentré más en cantar. Miré a Bill mientras lo hacía, de hecho, casi parecía que cantaba para él. Él sonreía y movía los labios, diciendo la letra al mismo tiempo que yo. Aproveché para lucirme un poco, cantar era una de mis especialidades y no iba a desaprovechar mi oportunidad. Le canté toda la letra, poniendo el corazón en la voz.

- I’m ready to fall; I’m ready to crawl on my knees to know it all. I’m ready to heal, I’m ready to feel… - alargué la última nota lo justo para empezar a tiempo el estribillo – Oh… They’re telling me it’s beautiful. I believe them but will I ever know the world behind my wall...

Repetí la estrofa y luego subí el tono para llegar al “Take me there!”, rogando por no subirme demasiado y lo conseguí. Mi voz era alta, yo era soprano, de modo que llegaba de sobra al tono. Sin embargo, cuando iba a empezar el último estribillo, Bill se me acercó.

- Sigue cantando - me dijo rápido –

Empecé el estribillo y él se me unió, cantando en el mismo micrófono que yo. Podía sentir la piel de su rostro rozando el mío, oír su voz de terciopelo en mi oído, en una consonancia perfecta con la mía... Faltó poco para que me desvaneciera. Él era mi ídolo, la única persona a la que había conseguido amar en unos interminables cuatro años... Y ahora estaba aquí a mi lado... Seguí cantando, esta vez mirando al público, dándome cuenta de que me miraban a mí como... Bueno, había todo tipo de miradas, pero encontré a tres personitas muy especiales, muy cerca de donde yo estaba, a punto de llorar de emoción. Acabé la canción intentando que mi voz no se quebrara. Cuando acabó del todo, todas las fans empezaron a gritar. Yo miré a Bill y noté que él me estaba mirando Me ruboricé y él esbozó una sonrisa nerviosa. Apartó el micrófono un poco.

- Bueno, veo que te gusta cantar.

- Me encanta – musité –

- Y a mí me encanta cómo cantas tú. Te diría que siguieras cantando conmigo toda la noche, pero no puedo – se encogió de hombros –

- Yo... ¿qué? ¿De verdad crees que canto bien?

- De fábula, en serio. Me encanta.

- Wow... Gracias... Que tu ídolo musical te diga eso es... Wow.

Rió y memoricé cada detalle de ese sonido. Luego dije:

- Bill, un hombre de negro de me dio unos billetes dorados que...

- Ah, qué bien. Ven luego al backstage, ¿vale? – dijo rápidamente –

- V-vale

Me sonrió y volvió a acercar el micrófono.

- Bueno, ¡muchas gracias!

- A ti – sonreí –

Me dio un abrazo y me indicó que bajara. Dí un pequeño salto y mis amigas me atraparon, gritando.

- ¡Estuviste sensacional! ¿Viste la cara de Bill? – Me gritó mi hermana, completamente emocionada –

- ¡Sí, se quedó de piedra cuando empezaste a cantar mirándole! – añadió Janine –

- ¡Fue sensacional! – comentó Karina - ¡Y juraría que dijo un “sexy” con toda intención!

Todas reímos. A pesar de que era prácticamente imposible, Karina sabía leer los labios en español, inglés y alemán y no solía equivocarse.

- Bueno... –suspiré e hice memoria – Recuerdo haberle visto pasarse la lengua por los labios y que casi me da una taquicardia, pero no recuerdo que dijera nada especial. La letra de la canción, supongo.

Todas rieron aún más, pero Karina seguía en sus trece.

- Estoy segura. Y lo cierto es que no le faltaban razones, parecías una profesional. Y luego, ese estribillo juntos...

No le dio tiempo a seguir hablando, ya que los tokio empezaron otra canción. Grité al reconocer los acordes de “Dogs Unleashed” y todas mis amigas y mi hermana me hicieron eco. Me percaté de que faltaba Maya. En la siguiente pausa, Karina terminó su frase.

- Ese estribillo... Una bomba de talentos.

- Pensé que me desmayaría – recordé – Tenía su cara a mi lado y oía su voz en mi oído, era como estar con un ángel...

- Uf, sí, ya lo pillé, déjalo – me interrumpió mi hermana –

- Por cierto, le pregunté por los pases...

No dijeron, nada, porque era secreto, claro, pero me miraron expectantes. Yo asentí. Janine abrió la boca para decir algo cuando se acercó Maya.

- ¿Qué hay, chicas? Os había perdido de vista.

- Aquí, disfrutando – comenté. Ella asintió –

- Oye, ¡enhorabuena! Cantaste muy bien. Ojalá pudiera haber ido yo...

No dije nada, temiendo que se enfadara por cualquier tontería. Entonces, una chica bajita, menuda, pero muy guapa, se le acercó y le cogió del codo, llamando su atención. Le habló en alemán muy bajito, por lo que no entendimos lo que dijo, pero Maya sí y se giró a verla con una sonrisa. Se saludaron. Maya nos dijo:

- Es una amiga mía de Alemania.

- Ah, qué bien que encontraste a alguien conocido.

- Sí, ¿verdad? Bueno, nos vemos – dijo –

Se fue y su amiga nos miró con mala cara. Me encogí de hombros y me giré hacia mis amigas y mi sis de nuevo, asintiendo con una sonrisa.

- Entonces, ¿en serio es cierto?

- Que sí, Jan. Me pidió que luego fuera al backstage, así que al menos podemos conocerles.

- ¡Guay!

Nos dimos un abrazo de grupo y volvimos a gritar al comienzo de una nueva canción. Durante el resto del concierto nos lo pasamos genial. Cuando se acabó, me quedé un poco desconcertada, pero recordé que teníamos que darnos prisa y tiré del brazo de mi hermana.

- ¡Vamos, rápido!

No escurrimos entre la gente y, al llegar, vimos a los dos hombres vestidos de negro que nos habían dado los pases. Nos reconocieron y nos pidieron las entradas. Se las enseñamos y nos condujeron hacia el backstage.

1 comentario:

  1. esto me mato ...

    sabes, se parece en "algo" a un cap que tengo por ahí xD!

    que beio ... <3

    siguele siguele!!

    WUAAA... mi pequeño Billy :3

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