**... hazme volar con una mirada... **

martes, 18 de mayo de 2010

Capítulo 5: Primer plan

*... Annelysse...*

Cuando se fueron, Janine me dio un puñetazo en el hombro.

- Traviesa, traviesa, traviesa – sonreí, avergonzada y divertida a la vez y los chicos estallaron en risas – Dinos, ¿qué tienes en mente? ¿Cuál es la última travesura que se te ocurrió?
- No apta para mentes como la tuya – le dije, haciendo que se enfurruñara. Todos se echaron a reír de nuevo –
- Bah, olvidaba que lo tuyo es fantasear... ¿Con quién, me lo repites? – me chinchó. Yo estaba tranquila, sabía que no diría nada y que sólo se estaba burlando –
- Como si no lo supieras ya... – Karina puso los ojos en blanco –
- Cierto, pero es divertido oírselo decir.
- Oh, lo siento, pero tengo que chafarte la diversión.
- ¿Por qué? ¿Alguien que conozca? ¿Tal vez está aquí?
- Te acercas peligrosamente a la línea roja – advirtió mi hermana en español, mucho más seria que antes –
- Vale, vale, lo dejo, pero sólo por la estúpida promesa que hicimos – puso los ojos en blanco – Si la gente dijera las cosas a la cara todo sería más fácil.
- No lo dudo – asentí – pero prefiero decir mis cosas yo misma.
- Bah...
- Va, no hagas berrinche, niña – la reñí –
- Ja, ja... deja el rollo “soy una niña buena, seria, que no hace tonterías” para la que te crea. No hace mucho, te debo recordar, fuiste tú la que se lió con...
- Olvídalo – interrumpió mi hermana – Ya me acuerdo de esa, fue penosa.
- Sí – asintió Karina –
- ¿Cuál? – preguntó Georg, curioso –
- Apostamos que no era capaz de salir al parque a mitad de tarde y liarse con el chico que nosotras dijéramos. El caso es que sí lo hizo y, como recompensa, la dejamos que nos pusiera un castigo – mi hermana resopló – No creo que lo olvide en mi vida. Fue horrible.
- ¿Por qué, qué os hizo? – preguntó Tom, divertido –
- Lo justo y necesario – dije yo – Al fin y al cabo, el chico ese no me gustaba. Se burlan de mí porque no soy como ellas en ese aspecto. Si ellas pueden liarse con un perfecto desconocido, bien, pero yo no puedo – me estremecí. Aún recordaba ese momento en que me tocó ir y liarme con el tío en cuestión sin siquiera decirle hola – Me pone de los nervios.
- ¿Cuándo fue la última vez que te liaste con uno que te gustaba? – dijo Karina, hasteada –
- Dah, ni idea. Hace mucho, supongo ¿Te importa realmente mucho?
- No. Pero no te entiendo.
- Ya hemos hablado de esto antes – concluí – Me rayáis.
- Bah, eres una aburrida.
- ¿No dejarás nunca de incordiarla? – se molestó mi hermana – Se supone que deberíamos llevarnos bien, con esto de ser amigas desde el jardín de infancia, pero aquí nos tenéis, nos empezamos a pelear por todo siempre – concluyó, como intentando que los tokio se dieran cuenta de que no nos peleábamos en serio – Si la cosa es simple, se les pasa en cuanto se saca otro tema. No entiendo porqué no la deja tranquila a la pobre niña. Si no quiere novio, pues allá ella. Que pierda oportunidades a lo tonto.

En eso, ellos se echaron a reír y yo, tras pensar en las palabras de mi hermana, también. Le dí un puñetazo en el hombro para que se callara y ella misma esbozó una sonrisa. Entonces, nos condujeron al bus de la banda XDDD e hicimos el trayecto al aeropuerto rápidamente. En un momento determinado, Tom se giró un poco y descubrió las tres fundas que había entre las maletas.

- ¿Cuántas tocáis la guitarra?
- Mi hermana y yo – contesté –
- Pero hay tres...
- No, es el bajo de Karina.
- Ah. No me lo digas, Janine toca la batería – ironizó. Nosotras reímos y Janine asintió con la cabeza –
- ¿En serio?
- Sí, pero no me voy a llevar una batería.
- Ah.
- En realidad, yo también toco el piano, pero tampoco me llevo el piano – dije –
- Y haces canto – añadió mi hermana, sólo por molestar –
- Ajá – asentí –
- ¿Todo eso haces? – preguntó Georg –
- Ajá.
- ¿Y eso por qué? – quiso saber Bill –
- No sé. Entré a piano muy pequeñita porque mis padres querían que tocara algún instrumento, pero luego me dio por la guitarra con unos... doce o trece años. Y, claro, mi gran sueño desde chiquita era grabar un dueto con algún cantante famoso, para lo que me metieron a canto más o menos a la vez que guitarra. Dudo que algún día suceda, de todas maneras, no canto muy bien – añadí – Sólo lo hago porque me da paz. Eso es todo.
- Mi hermana sueña despierta y dormida con eso – se burló mi sis, poniendo los ojos en blanco –
- Na, no es verdad, y de todas maneras, una chica tiene derecho a soñar – me defendí –
- Claro, claro ¬¬

Se hizo un silencio cómodo, de los que no se siente necesidad de romper, y cada uno se relajó en su asiento. Yo estaba sentada con mi hermana enfrente de Bill y Tom, mirando por la ventana, cuando ví a Bill sacar su Ipod y recordé que yo tenía el mío. Lo saqué del bolso y, encendiéndolo, me recosté en el asiento con la cabeza contra el cristal. Miré a Bill, que estaba mirando las calles vacías por la ventana, y sonreí. Se veía adorable, así sentado. Me puse un poco triste, pero me recompuse en seguida. Amaba a Bill desde que le conocí, hace cuatro años ¡Era mi amor platónico y ahora le tenía delante! Sabía que no podía ir y decirle “¡Bill, te amo más que nada en el universo!” Sería crear una mala impresión desde el principio. Pero tenía toda la gira para conquistarle... ¿no? Una bombilla encendió en mi cabeza y empecé a maquinar un plan. Quería hablar con mis amigas, pero primero hablaría con mi hermana. Jalé su brazo, ya que estaba a mi lado.

- ¿Qué pasa, nena? – me dijo. A veces le daba por decirme así –
- Quiero contarte algo – le dije en español, bajito –
- Dime.
- Tú sabes...que me gusta él, ¿no? – señale a Bill con los ojos –
- ¿Cómo no saberlo? – se burló –
- Quiero enamorarlo.
- Eso está muy bien, nena, lánzate.
- ¿Estás loca? Crearía una muy mala impresión desde ahora. Quiero enamorarlo, no declararme sin que apenas me conozca.
- ¿Enamorarlo? No entiendo.
- Todos los chicos caen a tus pies, pero yo lo tengo un poco más difícil.
- ¿Te refieres a algo como coquetearle, indirectas...?
- Algo así, pero no desde ahora. Sino que...gustarle como soy es... difícil.
- Mira, nena, Bill es un chico muy sensible y tú tienes una gran personalidad, así que seguro que todo va bien, estáis hechos el uno para el otro.

Si mi hermana tenía algo bueno es que mentía de maravilla. O quizá lo creía de verdad.

- Vale. Gracias.
- Un consejo – me dijo – Copia su maquillaje de vez en cuando.
- ¿Por qué?
- Porque te queda divino. Y él sentirá que te fijas en él, lo cual es un buen paso. Trata de ser... Digamos, ser tú.
- Okay, ya lo capto.
- ¿Puedo darte otro consejo?
- Soy todo oídos.
- Si te quedas a sola con él, haz algún gesto insinuante pero háblale de forma natural. Eso le dará una pista.
- Podría no saber lo que quiere decir.
- En eso caso estaría confuso, lo que lo hace aún más interesante.
- Ya – sonreí. Empezaba a gustarme esto – Espera.

Cogí papel y boli y redacté un par de líneas para informar a las chicas. En español, claro. Le pedí a Belén que se la pasara a Janine, pero Tom se la quitó por el camino.

- ¡Ey! – protestaron ambas –
- Déjalo. Está en español.

Tom frunció el ceño, pero siguió mirando el papel. Luego esbozó una sonrisa.

- ¡Ajá! Aquí pone “Bill” ¿Qué nos cuentas de él? – le preguntó a mi hermana. Me empecé a reír y dije –
- Tom, la nota es mía para Janine.
- Ah, bueno, misma pregunta.
- ¿Tienes neuronas? En primer lugar, la nota no es tuya, de modo que no te incumbe y en segundo lugar, si pone “Bill”, ¿qué más te da a ti?
- Es mi hermano.
- ¡Qué gran descubrimiento! – me reí – Eso ya lo sé, dime algo nuevo.
- ¿Entonces me lo dices?
- No

Todas empezaron a reírse, incluso Bill, que se había quitado los auriculares al oír su nombre.

- Ahora, ¿me devuelves mi nota, por favor?
- No. Me voy a por un diccionario.
- Ahg. Eres más insistente incluso que mi hermana. Dale eso a Janine ¡Ahora!
- Ten cuidado, tiene mucho carácter – avisó Karina –
- Bah – se burló –

Me puse de pie igual que él y sorteé a mi hermana para llegar al pasillo. Me puse enfrente de él. Era más alto que yo, claro, mi cabeza apenas llegaba a su hombro. Levanté un dedo y le golpeé el hombro derecho.

- Dame eso ahora mismo – dije – ¡Ahora!

Y se lo quité, aprovechando que estaba sorprendido. Se lo dí a Janine y le dije:

- Se lo pasas a Karina y de ahí lo rompéis, como siempre, ¿sí?
- Hecho.

Me giré hacia Tom,

- Lo siento. Te lo hubiera dicho si...
- ¿Sí?

Me tomé mi tiempo en sentarme de nuevo en mi sitio.

- ¡Si no fuera un secreto! – susurré –

Y todos empezaron a reírse de nuevo. Al final me había salido con la mía y me había quedado bien. Cuando oí el sonido de un papel rasgándose, giré la cabeza hacia las chicas. Me sonrieron y Janine alzó el dedo pulgar diciendo:

- Estamos contigo. Vas a arrasar.

Le sonreí de vuelta, pensando que al menos lo había dicho en español. Me ruboricé un poco y mi hermana empezó a reírse. Bill se encogió de hombros y se dedico a mirar por la ventana de nuevo. Yo volví a encender mi Ipod y empecé a escuchar Automatic en acústico. Era preciosa. Sonaba muy bien, muy... auténtica. Dudo que llegara realmente a dormirme, pero me relajó tanto que no me di cuenta del paso del tiempo. De pronto, una mano se posó en mi hombro y me hizo dar un salto en mi asiento. Abrí los ojos y vi que era mi hermana, con cara de estar riéndose de mí.

lunes, 3 de mayo de 2010

Hola a tod@s:
Si, lo sé mucho tiempo sin actualizar :S
Espero que aun quieran leerme, si es así, les debo una disculpa, sino, también.
Verán, estoy de mudanza, y aunque ya estoy instalada, aun no tengo ni telefoono ni internet, así que no puedo conectarme. Eso ha sido hace nada, pero los meses anteriores, debo decir que no tengo perdón.
Voy a intentar seguir actualizando, ya que el fic continua de hecho tiene tres partes, espero que sepan entender.
Gracias
Otra disculpa
Anny K.