**... hazme volar con una mirada... **

martes, 12 de octubre de 2010

Capítulo 12 : Egos y terquedades

[ - Me recuerdas a Bill - comenté. En ese momento tuve toda su atención - ]


*...Tom...*

 - ¿Y eso?
 - No sé... Tu forma de ser
 - Ah... Raro, ¿no? Me refiero, apenas me conoces y ya dices que me parezco a él.
 - Bueno, conozco a mi hermano – me encogí de hombros – Mira, te voy a contar un secreto. Puedes decírselo a tu hermana y a tus amigas, pero no a los chicos, por favor.
 - Descuida, seremos discretas.
 - ¿Sabes de quién fue la idea de que vosotras vinierais? Mía. Luego Bill empezó a jugar con ella y quedó como es ahora. Pero, ¿Sabes por qué quería yo algo como esto? Porque mi hermano lo está pasando mal. Ya sabes a qué me refiero si te digo que se siente solo. En el día a día lo lleva bien. No es eso. Pero a veces sueña. Tiene pesadillas. Llora por las noches – alcé las cejas – No le digas que yo he dicho eso ni loca, ¿eh? – advertí –
 - ¡No, claro! No te preocupes. Sigue.
 - Bueno, básicamente es eso. No me gusta verle solo, le sienta mal. Él lo sigue diciendo, que se siente solo y le gustaría enamorarse. Fue la primera idea que se me ocurrió, pero los demás la fueron perfeccionando. Y ahora vosotras estáis aquí.
 - ¡Vaya! – susurró. Le brillaban los ojos. Se ruborizó intensamente –
Iba a preguntarle qué le pasaba, pero ella me abrazó con fuerza un segundo.
 - Gracias – me dijo al oído con emoción contenida –
 - ¿Gracias por qué? – le pregunté, sorprendido - ¿Por la idea de esto?
 - Sí, bueno, y por todo lo demás – se encogió de hombros –
 - ¿Ah, sí? ¿Y qué es todo lo demás?
 - Tú. Tu música. Tokio Hotel. Todo.
Me eché a reír. Definitivamente, me recordaba muchísimo a Bill.

 - Qué profundo. Gracias, me halaga.
 - Que no se te suba a la cabeza – sonrió –
 - ¿Y cómo vas a impedirlo?

Abrió la boca para responder, pero no emitió sonido alguno y la volvió a cerrar, molesta. En un pequeño berrinche, me pegó suavemente en el brazo. Reí y la sujeté por ambos brazos.

 - ¡Para! – reí –

Intentó retorcerse, y soltó un por de grititos que, sin lugar a dudas, hicieron que los demás nos mirasen. En un momento de distracción, ella tiró de mí y me agarré de su cintura para no caerme sobre ella. Le puse un dedo sobre la frente.

 - Oye, enana, si quieres besarme, lo dices, pero no hagas eso.

Ante mi sorpresa, se echó a reír. La miré con una ceja alzada y ella alzó ambas manos, enseñándome sus antebrazos, ahora libres. Cuando cogió mis manos de su cintura, las alzó, y chocó nuestras palmas en el aire, tuve que reconocer que tenía su punto divertido, la muchacha. Me empecé a reír y ella me observó con una sonrisita de superioridad.

 - Y una cosa – advirtió – No vuelvas a llamarme enana.
 - ¿Por qué, enana?
 - No lo hagas.
 - ¿Te molesta, enana?
 - Vale – suspiró – Si soy tan enana, dime, ¿jugamos?
 - ¿Eh? ¿A qué? – suspiré. Estaba fastidiando –
 - A las palmas – contestó, como si fuera obvio –
 - No sé jugar a las palmas – negué –
 - No importa, te enseño.
 - No, no me apetece.
 - Entonces me pondré a llorar – se enfurruñó, cruzando los brazos y haciendo un puchero –
 - No te creo.
 - ¿No me crees? – hizo un puchero más pronunciado y se hizo la ofendida –
 - No – sonreí. La enana era divertida, a pesar de todo.
 - Eres malo.
Me dio la espalda y subió los pies al asiento, mirando por su ventanilla hacia la oscuridad. De pronto, se irguió y se sentó bien. Me miró.

 - De acuerdo, esta vez ganas tú. Escucha, ¿Por qué esperasteis hasta el concierto en España para elegir cuatro fans?
 - Es una buena pregunta – me encogí de hombros – Pero no tengo ni idea. Era un requisito de Bill. Dijo que quería conocer fans españolas, pero no sé por qué me suena a excusa.
 - Ah... Bueno, no tiene por qué.
 - No creo.
 - Sus razones tendrá – dijo ella –
 - Supongo...

Ella sonrió y miró por la ventana. Se reclinó un poco contra la pared y suspiró suavemente. Parecía una muñeca. Empecé a fijarme en pequeños detalles que no solía mirar, como la curva suave de su cuello, que contrastaba con la línea firme de su barbilla. Sus ojos se veían... ¿más claros que antes?

 - Ann... – llamé –
 - ¿Eh? – parpadeó y sacudió la cabeza – Lo siento, dime.
 - ¿De qué color son tus ojos?
 - Ah, sí, cambian de color con la temperatura y la humedad. Si tengo frío, son más claros; si tengo calor, más oscuros. Cuando voy a la piscina o lloro, se aclaran.
 - Vaya, qué extraño.
 - Hum, supongo – sonrió con cansancio –
 - Si quieres dormir me callaré – comenté –
 - No, da igual.
 - Si yo también tengo que dormir – insistí. Acababa de darme cuenta de que se le cerraban los ojos – Tarde o temprano yo también duermo, ¿eh?
 - Ya, ya lo sé – se rió – Es sólo que no quería... En fin, como mie hermana se enfadó y no te hablaba... Pensé que querrías hablar conmigo.
 - Mujer, tenemos más tiempo, más días.
 - ¿Estás seguro? ¿Tienes sueño tú?
 - Soy yo el que acaba de dar un concierto, ¿recuerdas?
 - Y yo la que ha estado gritando saltando y cantando todo al mismo tiempo durante todo el concierto – alzó las cejas –
 - Está, bien, olvídalo – reí - ¿Vas a dormir?
 - ¿Vas a hacerlo tú?
 - Qué testaruda – chasqueé la lengua –
 - Suelo serlo – sonrió –
 - Bueno, da lo mismo. Creo que yo sí voy a dormir.
 - Ah, vale. Que duermas bien – deseó –
 - Igualmente.
 - No... Creo que voy a espiar a mi hermana – sonrió con picardía –
 - Ah, pues ya me contarás. Pero no creo que pase nada raro. No como conmigo. Bill no es tan... yo. Y ella no es... su tipo, digamos.
 - Ah. Pero da igual
 - Como quieras.

Recliné el asiento hacia atrás y entrecerré los ojos para verla entre las pestañas. Ella ya no me estaba mirando, sino que miraba a Bill y a su hermana con gesto serio. Luego sonrió y extendió una mano. Me tapó los ojos.

 - Deja de mirarme – rió –
 - ¡No te estaba mirando! – mentí. Ella se rió más y me hizo cosquillas en el cuello - ¡Ah, para!

Me giré de espaldas a ella y suspiré. Me había pillado. Decidí hacer la cosa más sensata, que en este momento era dormir.


**********************************************************************

Hola!!
volví!!
ahora antes de que me quiten el ordenador, les subo el siguiente capii...
sorry por la tardanza... u.u
Saludos
AnnyK.

1 comentario:

  1. Jellou Annelysse!

    Lamento mi comentario tan atrasado, pero aquí voy :D

    ¡No me quieras robar a mi Tom! ¡eh! deja de andar abrazandolo xD! jajaja, no es cierto.

    Sí, sí, Anne es una cotilla igual que Bill xD! jajaja, ya sabes, pura bruma ;D

    Si que es curioso que hayan esperado hasta España para elegir a las fans, sospecho que Bill se guió por su intuición.

    Saludos linda :)

    ResponderEliminar