**... hazme volar con una mirada... **

lunes, 26 de julio de 2010

Capítulo 8: ¿Beso?

*...Belén...*
Me sonrió, pícaro, pero me di cuenta de que no quería más que un beso fácil. Me golpeé mentalmente por pretender lo imposible. Me acababa de conocer, apenas hacía unas horas, no podía ser de otra manera. Su frente se apoyó en la mía y su nariz rozaba con la mía. Estaba a pocos centímetros de distancia. Me tensé. El jadeo ahogado de mi hermana me hizo reaccionar ¿Qué estaba haciendo? Yo no era ninguna tonta como para dejarme tan fácilmente. Con cierto esfuerzo, desvié la mirada y me aparté, poniéndome de pie.

- Yo no soy tan fácil, Tom – le dije, respondiendo a la pregunta en su mirada –

Noté que mi subconsciente me reprochaba todo lo que hacía ¡Pues claro que quería besarle! Y al mismo tiempo no quería que fuera sólo un beso. Miré el pasillo y localicé el baño. Tomé mi bolso y me dirigí hacia allí. Una mano atrapó mi muñeca y, al girarme, ví a mi hermana mirándome con cara de circunstancias. Suspiré y le hice una seña para que viniera. Se giró para decirle algo a Bill y me siguió por le pasillo. Karina se giró a mirarnos y luego su mirada se cruzó con la de Georg y empezaron a conversar. Gustav y Jan ni siquiera se fijaron. Mi hermana entró en la cabina detrás de mí. Se pegó a la puerta para dejarme espacio. Yo suspiré.

- ¿Qué pasó? – me preguntó –

- Diría que ya lo has visto

- No me refiero a eso ¿Por qué te apartaste?

Desvié la mirada y empecé a explicárselo. Un par de frases después, me cortó. Sonrió dulcemente. A veces me molesta que mi hermana pequeña me de lecciones o me consuele, pero otras veces es reconfortante. Me abrazó suavemente y me dijo:

- Y luego la romántica soy yo.

No me quedó más remedio que reírme. Es cierto que siempre la estamos fastidiando con eso.

- No es sólo eso – dije, sin embargo –

- ¿Ah, no? Continúa entonces.

- Es que... ¡Joder, seguro que a ti también te pasa!

- ¿El qué? – dijo. Sonaba confundida –

- ¿No te pasa que les miras y dices, quiero besarle, quiero tacarle, quiero... etc.?

- Dios, sí – sonrió - ¿Te acuerdas de que siempre decía que un día cogería y les daría un abrazo y les daría las gracias al oído?

- No jodas que...

- ¡Sí! Voy y le digo: “Bill, ¿puedo hacer una cosa que siempre quise hacer?” Y me dice que sí, y yo voy y le abrazo... Dios, nena, y huele de miedo. Casi me da algo.

- Calla, que me estresas ¡Hay que decírselo a las chicas!

- Hum, sí, pero en otro momento.

- Claro.

- Eh... ¿Te acuerdas de mi vídeo? Pues también se lo enseñé. Pero no le dije que era mío.

- Dios, estás hecha una... lianta.

- Lo sé. Bueno, ¿y tú? ¿Qué has estaba haciendo?

- Hemos hablado poco de nosotros – dije – Más bien hemos estado hablando de todos vosotros. Tom quería saber cómo erais... Tranqui, no he dicho nada de que os gusten ellos. Pero un poco de vuestro carácter, gustos...

- Ah, bien ¿Y qué tal?

- Bien. Su voz tiene un tono pícaro constante, pero me encanta.

- Se parece a ti.

- ¿Tú crees?

- Ajá. Pero no me haría ilusiones aún. Es muy cambiante.

- Ya.

- A propósito, deberíamos volver ¿Quieres que te cambie el sitio? No me importa.

- No, no te voy a fastidiar el vuelo.

- ¡No seas exagerada!

- No, en serio, da lo mismo. Creo que descansaré algo.

- De acuerdo

- Otra cosa – ella me miró, expectante – Ni una palabra a nadie.

- ¿Ni siquiera a las chicas?

- A ellas, quizá, pero en otro momento

- Vale

Ella abrió la puerta en uno de sus movimientos rápidos y salió. Me mordí el labio inferior, pero ella me dijo que tenía que ser fuerte con la mirada y me relajé un poco. Me senté al lado de Tom de nuevo sin mediar palabra. Noté que él se giraba para mirar por la ventana y me giré en dirección contraria, mirando por la ventanilla de enfrente. Había un asiento de distancia entre el mío y el de Janine, ella estaba delante de mí, y, en la fila de enfrente, Karina y mi hermana también estaban separadas por un asiento. Mi hermana estaba un asiento atrás mío y Karina, uno delante. No coincidíamos ninguna. Saqué el Ipod y me puse los auriculares. Subí el volumen hasta que la melodía suave de “An deiner seite” me envolvió por completo. Me quedé dormida rápidamente.





*...Bill...*

Veo que le sujeta la muñeca y se miran a los ojos. Su hermana asiente y ella deja su bolso en el asiento y me dice:

- No tardo.

Asiento en silencio, intentando comprender qué es lo que ha pasado. Se van y se encierran en el baño, cosa que me hace sonreír. Luego me levanto y me siento en el lugar de Belén.

- ¿Qué ha pasado?

- No lo sé.

- Empieza por el principio.

- Dios, Bill, no sé, dijo esto, dije lo otro, no sé por qué, y nos íbamos a besar, que es la cuestión – se exasperó –

- No te estoy preguntando eso – le dije, intentando contener la curiosidad – Me refiero, ¿por qué te dijo eso? ¿Le dijiste algo? ¿O se enfadó por otra cosa?

- ¿Cómo quieres que lo sepa? Las chicas son muy raras.

- Ya – me encogí de hombros – Si tú lo dices.

- Ajá.

Dio por zanjada la conversación, pero yo aún le estaba dando vueltas.

- Tom – llamé –

- ¿Qué?

- No parecía enfadada – le dije –

- Pues a mí me dio la impresión de que sí.

- No, sólo aparentaba, estoy seguro. Se veía muy triste

- ¿Tú crees? – y ahí dudó un poco –

- Sí, eso me pareció – me encogí de hombros –

Mordió su labio inferior, dudoso, pero optó por encogerse de hombros y decir:

- No creo que le pase nada, tal vez es otra cosa ¿Recuerdas lo que me dijo? Quizás sólo quería ponerme en mi sitio.

- Sí, quizás – admití –

Se oyó el cerrojo de la puerta del baño y me apresuré a volver a mi asiento, mirando a Tom de reojo. Ann y Belén se dirigieron cada una a su asiento. Belén se puso las auriculares de su Ipod y cerró los ojos, girándose de espaldas a Tom, que se dedicó a mirar por la ventana hacia la negrura, y Ann se sentó a mi lado con una sonrisa. Alcé una ceja y dijo:

- Mis labios están sellados. No puedo decir nada.

- Pero, ¿qué ocurrió?

- Ah... ¡Top secret! – se rió – He prometido no decir nada a nadie sin su consentimiento – añadió –

- Duh... – hice una mueca – Estás llena de secretos

Se ruborizó ¡De nuevo! Suspiré y esbocé una sonrisa, con lo que ella se sonrojó aún más. Le puse la palma de las manos en las mejillas y pregunté:

- ¿Realmente te da vergüenza?

- Ah... ¿Qué? No, no es eso... – balbuceó, sorprendida – Yo me sonrojo por todo y muy a menudo.

- Hum... – retiré un poco mis manos y ella ahogó un jadeo –

- ¡Qué frío estás!

- Ah, sí – reconocí – Hace frío.

Miró hacia arriba y se incorporó hasta rozar el control del aire acondicionado. Lo apagó y se volvió a sentar con una sonrisa.

- Ya está.

Agachó la vista y tomó una de mis manos. Rozó con la yema de los dedos mis uñas y dejó su mano al lado de la mía, permitiendo que viera las suyas, pintadas de idéntico color gris. Sonreí. Envolvió mis dedos con las dos manos, intentando calentarlos, pero yo sacudí la cabeza.

- Aunque lo intentes, no vas a conseguir que se queden calientes. Si tengo frío, mis manos siempre están frías.

- Ah. Como yo.

Sonrió un poco pero no me miró. Ann era tímida, eso era obvio. Pensé que me gustaría saber más de ella, su personalidad, sus gustos, su familia, sus amistades, ¿tendría novio? Era guapa, me dije, era difícil que no lo tuviera, aunque tímida ¿Sería cierto que siempre se sonrojaba por todo? El tiempo lo diría. El caso es que era una chica interesante. En lugar de preguntarle por ella, decidí preguntarle por su hermana y sus amigas, esperando que me contara algo más de lo que me había contado de sí misma.


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Bueno...
Vale, me tardé un poco más, pero aquí está, y voy a intentar subir otra vez mañana, no se si podre, pero al menos muy pronto.
Espero que os haya gustado, nos vemos en el siguiente cap
Besos
By: Annelysse

1 comentario:

  1. ¡Hola! Annelysse

    Mmm… okey Annelyse, me gustaría que me explicaras eso de los nombres de las amigas de Ann con las que está viajando, es que me parecen que son un montón y me confundo, te estaría agradecida si me dijeras así de que, por ejemplo, ella es Belén, es la hermana mayor de Ann (eso fue lo que deduje por el capítulo), y le gusta Tom, o no tanto todo eso, pero es que sí, me confundo :S

    Emm… y en la parte donde habla Belén con Ann y le dice: “¿No te pasa que les miras y dices, quiero besarle, quiero tacarle, quiero... etc.?” No querrá decirle “tocarle”.

    Me dio risa esa palabra de “lianta”, es que acá en México no se usa (al menos donde yo vivo no), y nunca la había leído (iba a poner “escuchado”, pero lo leí, no lo escuché XD).

    Mis saludos Annelysse

    Que la pases bonito :)

    P.D. Por el título del capítulo “¿Beso?”, yo pensé que habría un beso entre algunos de los personajes, ¡me engañaste! XD! Es broma, linda, me despido.

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