*…Annelysse…*
- ¡Despierta! Ya hemos llegado. – me gritó -
- ¿Qué?
- Ya estamos en el aeropuerto.
- Ah, vale...
Apagué el Ipod y lo guardé rápidamente. Me giré un poco y vi que estaban todos de pie, mirándome. Me volví a ruborizar, por enésima vez en ese día. Suspiré.
- Sólo... dejad de mirarme así – pedí. Todos estallaron en risas –
- No te preocupes, yo también me dormí – dijo Karina –
- ¡Qué voz más ronca! – me sorprendí –
- Creo que he gritado de más – suspiró –
- Como yo – añadió mi sis – Naa, pero a mí se me pasa en seguida. A ella todavía le lleva para rato.
- Ya...
- ¿Cuándo aprenderán? – pregunté para mí misma –
- ¿A qué? – me dijo Georg –
- ¿Eh? No, a nada, supongo. Es una forma de hablar. Siempre les estoy diciendo que aprendan a controlarse. Yo también he gritado y cantado tanto o más que ellas, pero mírame, aquí estoy y tengo la voz perfecta.
- Mi querida hermana, no todas cantamos como tú. Yo no sé cantar. Sólo tú sabes, ¿recuerdas?
- Pero aún así… ¿Cómo gritas tanto como para hacerte daño?
- Tú también gritas – me recordó mientras bajábamos del bus –
- Ya, no sé, pero no me hago daño. Tu voz te irrita la laringe
- ¿Dónde está eso exactamente? – preguntó Tom –
- Aquí – contestó Bill, tocando un punto en la garganta de su hermano – Más o menos.
- Genial, pregunto dónde está exactamente y me lo dices más o menos.
- Bueno…
- Es la parte de la garganta donde están las cuerdas vocales – expliqué. Él asintió –
- Lo sé – y señaló a Bill - ¿Recuerdas que tuvo que operarse la garganta hace un tiempo?
Asentí. Caminamos en silencio hasta una puerta de embarque y pasamos sin encontrarnos con nadie, lo cual me extrañó un poco, pero no pregunté. Cuando salimos a la pista y vimos un gran jet, Gustav se giró para hacernos una pequeña aclaración.
- Tenemos que ir en el avión solos, imagino que comprenderéis por qué, ¿no?
- Sí, claro – dijo Janine, dedicándole una sonrisa que él correspondió. Sonreí para mí misma, ellos iban a acabar juntos sí o sí –
Subimos al avión seguidos de los chicos de seguridad. Tom se giró levemente con una sonrisa en la cara.
- ¿Qué os parece si nos mezclamos para conocernos un poco mejor?
- Me parece bien – dijo Bill. Georg asintió y Gustav se encogió de hombros –
- Vale – dijo mi sis. Todas asentimos –
- Muy bien. Ann, sí un número el uno al cuatro.
- ¿Qué, yo? Ah, bueno, el cuatro – me encogí de hombros al decirlo –
- Pues te sientas con Bill.
- Ah – sonreí tímidamente, sin comprender su lógica –
- Vale – suspiró Bill – Por curiosidad, ¿por qué soy yo el número cuatro?
- Porque eres el más pequeño.
- No te burles – se quejó –
- A mí mi hermana también me hace eso – dije, intentando sonar comprensiva. Bill me miró y sonrió –
- Vale, bien, Karina, dí un número de uno al tres
- Eh… - pensó un minuto y dijo - ¿Tres?
- Con Georg, porque ahora el orden es al revés.
- Bah – murmuró Bill, molesto –
- Ahora tú, Belén. Del uno al dos.
- Esto… el… uno.
- Conmigo. Y a Janine le toca con Gustav.
- ¿Por qué? – pegunté –
- Porque Gusti no puede ser el uno. Yo soy mucho más guapo, más interesante… - sonrió, pícaro - ¿No, Bill?
- Lo que tú digas – contestó él, cerrando los ojos y apretándose el puente de la nariz –
- Sólo recuerda que él es idéntico a ti –dijo Belén –
- En teoría, nada más. La verdad, yo miro a Bill y no veo un reflejo de mí mismo.
- Bah
- ¿Vamos?
- Sí
- Ah, espera, ¿quieres tú este asiento?
- No, da igual – mentí. En realidad, me hacía ilusión lo de sentarme al lado de la pequeña ventanita –
- Toma. Siéntate – me sonrió –
- Lo siento, no me di cuenta.
- No importa en serio – repetí –
- Eres terca, ¿eh?
- Tú también – contesté. Él se echó a reír –
- Sí, tienes razón.
- No, si ya me había fijado… - murmuré en broma. Él rió un poco más. Luego dijo –
- Vale, empecemos de nuevo. Hola – me tendió una mano y se la estreché –
- Hola. Me llamo Annelysse.
- Yo soy Bill
- Okay.
- En fin… - comentó – Y dime, ¿qué te pareció el concierto?
- Fue increíble… Fue más que eso, no hay palabras para describirlo.
- Vaya, me alegro mucho de que te gustara ¿Cuál es tu canción preferida?
- Realmente no tengo una preferida, pero me encanta “World Venid My Wall”, “Automatic”, “Noise”, “Dark Side Of The Sun”… etcétera. Podría seguir hasta decirlas todas.
- Ya veo ¿Desde hace cuánto que eres fan?
- Cuatro interminables años – suspiré. Luego me di cuenta de que eso sonaba feo y compuse una mueca nerviosa. Bill se dio cuenta –
- ¿Qué pasa? – quiso saber con un movimiento de cabeza –
- Lo de interminables… Es que… Verás, esto para mí es un sueño, lo que siempre deseé… Conocer a mis ídolos. De alguna manera, siempre supe que os conocería, pero se me hacía eterno, ¿sabes?
- Ah, ya. En realidad, me imaginé que eso era lo que ibas a decir.
- ¿Ah, sí? ¿Por qué?
- Porque es lo que yo hubiera dicho.
- Así que… ahora soy feliz – comenté, quitándole hierro al asunto –
- ¿Eh? – preguntó, un poco perdido –
- Sí… ahora os conozco.
- Ah, ya… Bien, ¿no?
- Perfecto.
- ¿Belén? – pregunté - ¿Estás bien?
- Estoy bien – contestó con voz ahogada – No te preocupes.
- ¿Seguro?
- Sí, sí, se me pasará en cuanto esto se estabilice un poco…
- ¿Qué le pasa? – quiso saber Bill –
- Tiene miedo a volar.
- Se le va a terminar pasando, ya verás.
- Supongo – me encogí de hombros –
- No te preocupes. Aunque no lo parezca, Tom también tenía miedo a volar. Pero se le terminó pasando.
- ¿En serio?
- Ajá.
- Um, entonces estoy tranquila
- Eso está bien.
- ¿Qué es tan divertido? – oí a mi lado –
- Mi hermana – ahora él se echó a reír –
- ¿Por qué?
- A veces perece tener doble personalidad.
- Dime – le pedí –
- Bueno, es sólo… - bajó la vista – Cantas muy bien.
- Gracias, Bill… Eh, yo… yo también creo que tú cantas muy bien. Enamoras a la gente con la voz, Bill – él rió nerviosamente –
- Gracias.
- A ti.
- No era eso lo que me querías decir, ¿verdad? – le pregunté en tono casual. Se ruborizó – Okay, dímelo, no me enfadaré.
- No es nada…
- Sólo dilo, Bill Kaulitz – él rió –
- Ya que lo pones así… Bueno, yo quería saber… ¿Tienes alguna razón para cantar así?
- Pues... No sé, no entiendo...
- Sí entiendes – me contradijo. Sonreí. Me había pillado –
- No, no sé cuáles son mis razones ¿Y tú?
- ¿Alguna vez has estado enamorada…?
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Hola, ya sé que he tardado mucho, pero no tengo modo de entrar al ordenador todos los días de la semana, con suerte puedo los fines pero no siempre, así que intentaré actualizar más a lo largo del mes de julio. En lo que queda del mes de junio me dedicaré a escribir los caps, ya tengo unos cuantos, y espero que os gusten.
Por otro lado, en esta parte del fic, voy a tener que deformar la percepción del tiempo, porque quiero alargar las conversaciones entre los personajes. Puede ser que un viaje en avión de Madrid a Portugal no lleve más de una hora, pero si necesito mas tiempo van a notar que se alarga. Asimismo, puede que las cosas se sucedan mas deprisa de lo que sucederían en la realidad. Con los siguientes caps, intentaré ejemplificarlo un poco mejor que con este.
Gracias por leerme, nos vemos en el siguiente cap!
Anny K.